miércoles, 14 de septiembre de 2011

Memorable cuadro de un Toro que hizo historia



Pese a tener el húmero del brazo izquierdo fracturado y luego de haber caído unas siete veces en el primer round, Luis Ángel Firpo, “el Toro Salvaje de las Pampas” (apodado así por el periodista neoyorquino Damon Runyon), expulsó del cuadrilátero al dueño de la corona, Jack Dempsey, por 17 segundos. El argentino debió haber sido coronado ahí mismo como el nuevo campeón mundial de los pesos pesados pero el árbitro Jhonny Gallagher ralentizó el conteo y esperó que el estadounidense subiera de vuelta al ring, lo cual finalmente hizo, pero ayudado por periodistas. En el segundo asalto, Firpo cayó dos veces y entonces Dempsey retuvo el título por KO. Aquel 14 de septiembre de 1923 en el Polo Grounds de Nueva York quedó en la historia y es a partir de esa gesta que hoy en Argentina se celebra el día del boxeador.

Toda la humanidad del campeón mundial de los pesos pesados cayó sobre su cuerpo. Cuando Firpo lanzó hacia afuera del ring a Dempsey, este se desplomó sobre la privilegiada multitud que tuvo la oportunidad de presenciar tamaña pelea. Y dentro de ese grupo de gente que recibió del cielo la pesada masa corporal del boxeador se encontraba el pintor George Wesley Bellows, el autor de la obra (“Dempsey y Firpo”) que ilustra esta nota. Bellows fue testigo del acontecimiento gracias a una acreditación que había recibido de un diario neoyorquino y cuando pintó la escena, en 1924, recordó: “Cuando Dempsey fue despedido a través de las cuerdas cayó sobre mis piernas, entonces lo insulté un poco y lo devolví al ring con instrucciones para que se animara”.

El cuadro, pintado en óleo sobre lienzo y de 1,30 x 1,60 metros, retrata uno de los momentos más importantes y memorables del boxeo. Refleja, entre otras cosas, la sorpresa con la que las personas aledañas al cuadrilátero reciben a Dempsey luego de que Firpo lo lanzara con un golpe en la pera. Es que nadie imaginaba que el argentino lograra algo semejante. “Yo sólo pinté a dos hombres tratando de matarse unos a otros”, explicó Bellows, tiempo más tarde. Y pese a que luego Dempsey noqueara a Firpo en el segundo round, el pintor eligió a esa escena como la más significativa del encuentro. Según el biógrafo de Bellows, la cabeza calva de éste puede encontrarse en el extremo izquierdo de la obra, aunque también podría ser el del centro, como él mismo dijo, que está ayudando a Dempsey a retornar a la pelea.

Siete años después de realizar la obra, el artista murió a los 42 años en el albor de su fama. La pieza fue adquirida en 1931 por Gertrude Vanderbilt Whitney en 18.500 dólares, hasta ese momento, el monto más grande que se pagó por una pintura americana.

Además de ese cuadro, el artista realizó dos litografías más. Ambas con el golpe de zurda que arroja a Dempsey hacia fuera de las cuerdas. Curiosamente, una de ellas se convirtió en seguida en un clásico americano y durante la Segunda Guerra Mundial las Fuerzas Armadas de Estados Unidos encargaron una copia fotográfica de la impresión para distribuirla a los soldados en los campamentos y hospitales y así centrar la atención en los combatientes.