lunes, 16 de mayo de 2011

1.000 dichos populares, con el ingenio de Díaz y el trazo de Garaycochea

Violeta y Rodolfo jamás imaginaron que ese chiquito que en 1973 aparecía en este mundo jugaría en su vida al menos 1.000 partidos como profesional. Tal vez hasta ni siquiera lo imaginaron con un destino de futbolista. Y muchos menos si no cuando Miguel Ángel Santoro y Ricardo Elvio Pavoni le dijeron a la madre que no llevara más al chico a la 9na división de Independiente porque no le veían un futuro con la pelota. Vaya equivocación cometieron Pepé y el Chivo: el jueves 12 de mayo Javier Zanetti llegó, con 39 años, al millar de encuentros en su carrera. Además, el 12 años consecutivo capitán del Inter es el jugador con más partidos en la Selección (140) y va a pasar un tiempo hasta que alguien lo supere: de los futbolistas en actividad, el más cercano es Messi, con 56. Sin dudas que el Pupi es un emblema de la Nación o al menos, un orgullo. Del mismo modo, el ingenio popular es otro de los orgullosos signos distintivos y característicos del argentino y en el mismo momento en que el pequeño Zanetti empezaba a respirar, un oriundo de Balcarce como Robertson Abel Díaz sacaba un libro con recopilaciones de ejemplos populares: Los 1.000 dichos del ‘dotor’”, con prólogo del cuentista Luis Landriscina y con dibujos interiores y en la tapa del humorista Carlos Garaycochea.

Efectivamente en el libro de Díaz los dichos recolectados son 1000, ni uno más ni uno menos. Según el autor, algunos son bastantes conocidos y él lo único que hizo fue juntarlos todos en un mismo sitio, pero algunos otros partieron de su propia autoría y es ahí donde se nota el humor y el ingenio de este hombre de la pampa bonaerense. Además, como se ve en la tapa, son 1000 dichos del “dotor”, no del doctor, con c, y en el interior del libro las frases -siguiendo por la misma tónica- el ‘de’ directamente se escribe e’, tal su pronunciación en el lenguaje popular.
Los dibujos de Garaycochea aparecen entre medio de los dichos
de ingenio popular recolectados por Díaz
Por dar unos ejemplos, para referirse a algo demasiado extenso, Díaz lo cuenta de esta manera: “Largo como puteada e' tartamudo”; en cambio, para una situación en donde hubo una demora: “Atrasao como risa e’ sordo”; para una situación riesgosa: “Más peligroso que peluquero mamao” y para describir una figura humana un tanto excedida de peso: “Petiso y gordo como pata e’ billar”. Los dibujos de Garaycochea (inconfundibles en sus trazos) aparecen con bastante frecuencia entrecolados entre los dichos de Díaz. Están en blanco y negro y retratan con humor (por supuesto) algunas de las frases del libro.

Obviamente que Fangio, tal vez, ocupe un lugar mucho más preponderante en el ejercicio de identificar a la Argentina, pero el humor tanto de Garaycochea como el del ingenio popular de Díaz son dos elementos que no se pueden dejar afuera. O si no, ¿a qué otro país se le ocurriría la frase: “Raro como rancho e’ dos pisos” para explicar un hecho extraño, “cargoso como vendedor de rifas”, para decir que alguien decididamente es un pesado, o: “Aburrido como jubilado sin vecino”, para graficar un momento de hartazgo infinito?

Ante la indiferencia de la gente, Violeta y Rodolfo salían de un hospital en Dock Sud con un bebé que con el tiempo alcanzaría el número de cuatro cifras en cuanto a partidos jugados. Por las calles, en tanto, esa misma gente veía su hablar cotidiano identificado en las frases que Díaz, con agudeza, recolectó, y Garaycochea, con humor, dibujó.

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