Trillo comenzó en 1964 colaborando en la revista Patoruzú Semanal hasta 1968 y luego en la editorial García Ferré. Además de escribir cuentos y notas de estilo periodístico, Trillo escribía los guiones de las tiras de la publicación: Hijitus, Antifaz, Topo Gigio, y La Familia Panconara.

Luego, en 1979, construida como una denuncia a la libertad de expresión en una Argentina bajo el régimen de la dictadura militar, Altuna y Trillo crearon Las puertitas del Señor López, un oficinista gordo, petiso y cobarde que vive atormentado por sus jefes, sus compañeros, sus vecinos y su esposa. Ante esa incapacidad de rebelarse contra ello, ingresaba a un mundo alterno e interior (siempre por una puerta de un baño) para refugiarse. Fue llevada al cine en 1988 y obtuvo el Gran Premio en el Festival Chaplín del Humor en Vevey, Suiza.
Otras de sus creaciones fueron: Cybersix, El Negro Blanco, Fulú, Merdichesky, Alvar Mayor, Un tal Daneri, y Clara de Noche, una de las últimas.
“No lo puedo creer. Estamos desvastados, Carlos querido...", publicó el dibujante Rep en su sitio web. Otro que sufrió a montones su perdida fue Claudio Kappel, dibujante en La Prensa: “Cada 15 días se solía encontrar en un bar con Maicas para escribir los guiones de Clara y alguna historieta para la revista Genios, y como el bar quedaba a dos cuadras de casa, siempre me invitaban a tomar un café para charlar un rato, momento que yo disfrutaba mucho. Voy a extrañar mucho esos encuentros y sobre todo a Carlos, una persona sencilla, cálida, humilde, de esos tipos que quedan pocos. Le agradezco por tantos momentos de magia vividos gracias a sus geniales creaciones”.
En estos momentos muchísimas páginas de diversa índole lo están recordando a su manera. Alguien asegura que Trillo fue una de las personas más queridas del medio y nadie lo contradice, es más, la gente apoya el comentario y agrega lo suyo. “Una perdida irreparable para el arte y la cultura”, diagnostica Laura. “Los grandes nunca se van, siempre dejan su obra como legado para la posteridad”, asiente Norberto R., otro que creció leyendo Las puertitas del Señor López. “Los Historietistas rendimos homenaje en esta excelente persona que siempre brindo palabras de aliento y consejos para quienes tuvimos la suerte de conocerlo. Trillo vive en cada viñeta, en el corazón de quienes lo admiramos”, escribe César Carrizo.

Se fue un grande de las historietas y tiras cómicas, creador de personajes inolvidables. Ese ritual de recibir el diario a la mañana y estallar a carcajadas con las vivencias de Chávez o los tormentos de López hoy se transformó en llanto, o cuanto menos congoja, al desayunar con la terrible noticia del adiós de Trulli.
Sebastián Etcheberry
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